Las averías más comunes en embarcaciones

Salir a navegar con tu propia embarcación es una experiencia muy gratificante y disfrutable, sin embargo, hay veces en las que el surgimiento de problemas como averías pueden arruinar la ocasión, ya que además de suponer un problema económico, también suponen un riesgo para la seguridad personal. 

Por ello, se recomienda un seguimiento y evaluación del estado de la embarcación de forma periódica, puesto que muchas veces los propietarios de las embarcaciones no se dan cuenta de determinadas averías que se pueden estar desarrollando sin que ellos las perciban. Algunas de las averías más comunes son las siguientes: 

• Problemas eléctricos: se trata de contratiempos como el fundido de las luces de navegación, de los fusibles, o la descarga de baterías que afectan a los sistemas eléctricos y de navegación. Este tipo de problemas suponen un gran riesgo de colisión y un aumento de la falta de visibilidad, por lo que se debe tener una especial precaución con ellos.

• Oxidación y corrosión: este tipo de complicaciones suele darse tras prolongados periodos en los que no existe un mantenimiento de la embarcación. El resultado es la petrificación de los motores fueraborda o una acumulación de agua como consecuencia de la oxidación. Por otra parte, la corrosión puede afectar a los componentes internos del motor, generar problemas de arranque, aumentar el consumo de combustible, y reducir la vida útil del motor.

• Problemas en el motor: estos son unos de los fallos más comunes, y suelen darse como consecuencia de un mantenimiento insuficiente y descuidado. Mayormente se trata de obstrucciones en el conducto del gasoil, envejecimiento del combustible debido a la ausencia de uso y averías por falta de cambio del aceite. Esto suele derivar en un mayor riesgo a la hora de arrancar la embarcación en condiciones adversas.

• Fallo de las baterías: las baterías juegan un papel de gran importancia en el sistema eléctrico de toda la embarcación. Por ello se debe tener un gran cuidado con ellas puesto que si se estropean o se descargan pueden causar problemas en el motor, la bomba de agua y generar fallos eléctricos. 

• Uso de Repuestos no originales: cuando se construye el motor de una embarcación, cada fabricante diseña cada una de las piezas de una forma específica. Por ello intentar ahorrar comprando piezas no originales puede causar problemas por la inadecuación de esas piezas.

• Bomba de agua y refrigeración: cosas como encender el motor en seco perjudican el rotor de la bomba de agua. Por otra parte, a consecuencia de una falta de agua fresca, el agua que se encuentra en el circuito directo comenzará a circular a una mayor temperatura, por lo que el motor aumentará así mismo su temperatura. Lo que ocurrirá será similar a lo que sucede en los coches cuando se rompe la correa del ventilador o existen fallas en un manguito.

• Obstrucción del conducto del gasoil y envejecimiento del combustible: estas dos últimas complicaciones son también unas de las más comunes y contribuyen significativamente a la falla de los motores tipo diesel. Se trata de una sustancia que se acumula con el tiempo en el fondo de los depósitos, y que resulta nociva. Por esto la única solución consiste en ser retirada lo antes posible.